martes, 10 de febrero de 2009

HASTA LA MUERTE



AMAR A CONTRATIEMPO



HASTA LA MUERTE

Por fin estás aquí, y era justicia
que se alterara el rumbo de mi suerte,
porque al llegar, la vida que se inicia
al roce de una cálida caricia,
podrá llamarse vida hasta la muerte.

Y es que después de haber andado tanto,
las calles donde andabas también tú
son calles de dolor y desencanto,
que hoy sólo guardan sal de nuestro llanto
que se evapora al cielo cual grisú.

No quiero preguntar qué te condujo
a deslastrar mi fe de su flaqueza,
porque sé que al compás del mismo influjo
fue el ansia del amor que nos sedujo,
cambiando en plenitud nuestra tristeza.

Hoy dos años después de nuestro encuentro,
no he de negar la mágica verdad:
Que inevitablemente eres el centro
del inefable amor que llevo dentro,
más allá del silencio y de la edad.

No fue tu juventud ni mi lujuria,
ni fue tu soledad o mi deseo
que guardado en mi piel media centuria,
cambió la aguda espina de su furia
por el divino lazo de himeneo.

Y es cierto, porque ya lo has comprobado,
que el tedio que hasta ayer tejio el dolor,
ha muerto y al morir se ha transformado
en lo que tú anhelaste y yo he soñado,
para fundar la fe de nuestro amor.

Tampoco soy quizás quien más se ajusta
al ideal del hombre que esperabas,
pero la vida a veces tan injusta,
siempre detrás del golpe de su fusta
te reserva el destino que buscabas.

Y no hace falta odiar, no es necesario,
a quienes no merecen el perdón,
pues cada quien hilando va el sudario,
que habrá de usar al fin del inventario
para enterrar su propio corazón.

Te doy pues lo que soy en esta hora
tardía de ilusión mas, por ventura,
el alma que sufrió por la demora
supo encontrar en ti su redentora
para surgir más fuerte y más madura.

Y aunque no he de ofrecerte un tiempo largo
marchitada en mi piel la juventud,
mi amor que despertó de su letargo,
vivió y sufrió por otra y sin embargo
es sólo para ti en su plenitud.


KARIM
Juan Carlos Hidalgo Antigoni
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