Juan Carlos Hidalgo Antigoni es un poeta, periodista y técnico en artes del fuego, nacido en Lima, Perú, y nacionalizado en Venezuela desde 1975. Ha publicado más de 20 libros de poesía, entre ellos 150 Sonetos de Amores y Olvidos, Viajera de la Luz, Mujer de Brisa, El Diario de un Cazador, Coplas del Indio, Desterrado y Epitafios. Sus obras se encuentran disponibles en Amazon, tanto en formato impreso como digital. Ha participado en varias antologías poéticas y ha obtenido diversos premios y reconocimientos, como el primer premio del concurso aniversario de Voces Poéticas en 2009, el segundo premio del concurso de poesía Planeta de Escritores en 2008, y el segundo lugar en poesía libre y poesía rimada del concurso Andrés Eloy Blanco de la Sociedad Venezolana de Arte en 2009. Además, tiene un blog personal donde comparte sus sonetos y otros textos literarios.
Su presencia en la web es notable, ya que se pueden encontrar varias páginas que difunden sus poemas, su biografía, sus libros y sus premios. Algunas de estas páginas son: Letralia, Escritores.org y Club de Escritura Fuentetaja. También se pueden hallar algunos videos en YouTube donde recita sus versos o habla de su trayectoria. Su estilo poético se caracteriza por el uso de formas clásicas como el soneto, el romance y la copla, así como por el empleo de un lenguaje sencillo, directo y emotivo, que refleja sus vivencias, sus sentimientos, sus reflexiones y sus críticas sociales. Sus temas abarcan desde el amor y el desamor, hasta el exilio, la muerte, la patria, la naturaleza y la cultura. Su poesía es una expresión de su identidad, de su compromiso y de su pasión por la palabra.
Puedes comprar los libros de Juan Carlos Hidalgo Antigoni en línea a través de Amazon, donde tiene más de 20 libros de poesía disponibles, tanto en formato impreso como digital. También puedes visitar su blog personal, donde comparte sus sonetos y otros textos literarios. Espero que disfrutes de su poesía.
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BABEL
Tú eras tierra de nadie amada mía,
eras nube en el fuego de la tarde,
en ti las blancas hojas de un poema
que vivía en mi pluma y en mi sangre,
sembraron la ilusión sobre la arena,
donde anclabas tu amor para esperarme.
Tu amor no era de otro, ni siquiera era tuyo,
era todo tu ser inconquistable;
en ti lo que no fue de la montaña,
que quiso ser babel pero más alta,
cambió su majestad por la llanura,
tendiéndote a mis pies, para alcanzarme.
Tú naciste al sonar las mandolinas,
matizando tu voz en sus compases,
susurrando las frases que el silencio
con su cruel bisturí, quiso arrancarme,
y al nacer de tu bálsamo me diste
y en tu honor lo bebí para curarme.
Tú naciste del arpa y de la estrella,
cuando yo, sin ser tuyo, no era nada,
cuando ser o no ser era el dilema
que no tuve el valor de confesarme,
tú naciste a mi amor, fragante y bella,
redimiendo la luz para salvarme.
ANTIGONI
EN LO INFINITO ESTÀS
Bulle mi sangre ante tu roce leve,
río interior que su caudal desploma
en la llanura de tu piel, que aroma
la inmensa nada de mi vida breve.
En ti mi tímido fluir se atreve
a desafiar toda verdad y axioma,
a encadenar su infinitud al soma,
que es de tu alma terrenal relieve.
En lo infinito estás y en lo terreno,
en todo lo que es mío y en lo ajeno
como esas cosas sin lugar o nombre.
Mi amor te busca sin razón, ni freno,
porque estás hecha para mí del cieno
y hecho de cieno para ti soy hombre.
AL FINAL
Aquí otra vez sentado sobre el muro
donde un día la vi. pasar a ella,
hoy puedo contemplar la misma estrella
y aún podré mirarla en el futuro...
Mas de una cosa puedo estar seguro
sin poder protestar ni hacer querella,
la mujer que ayer vi ya no es aquella,
ni soy tampoco el mismo sobre el muro.
Porque la vida pasa sin remedio
y queda lo mejor en el pasado,
que con el tiempo se transforma en tedio
y aunque al final el corazón cansado
maldiga de la muerte el vil asedio,
no se arrepentirá de haber amado.
ANTIGONI
ESCRIBO PARA TI
Escribo para ti sin conocerte,
tú que vives feliz o tal vez triste,
tú que todo recibes o pediste
haber nacido en brazos de otra suerte.
Escribo para ti sin conocerte
por lo que como yo quizás perdiste,
porque mi pluma fértil lleva en ristre
las rimas de la vida y de la muerte.
Escribo para ti desconocido
que vagas como yo por esta vida,
sin haber encontrado y comprendido
la razón por la cual la voz querida
redime al corazón...desconocido:
escribo para ti desde la herida.
Perdona madre
Perdona madre que por hoy no vuelvo,
quizás por este mes tampoco ¿sabes?
la sabana infinita, donde envuelvo
el vicio de soñar, en que disuelvo
lo escaso de infinito que me cabe...
A ratos me sofoca y me obnubila,
haciéndome rebelde a la sentencia
del hombre desterrado, que se asila
en un lejano puerto, y se deshila
en una larga y honda penitencia.
Lejano estoy, hincando la rodilla
ante la tumba ausente de mi historia,
cual árbol que se place en su semilla
y estático contemplo la gramilla
buscando tu legado en mi memoria,
Querer volver me finge incongruencia,
perdidas ya las señas de tu puerto…
Tú estás, mas sólo estás en apariencia
grabada al interior de mi conciencia,
porque en la realidad, sé que ya has muerto.
Te fuiste como yo, partí hacen años
firmando en tu misal mi despedida,
me fui dejando atrás propios y extraños,
llevando soledad, sembrando daños
que fueron mi ascensión y mi caída.
Saber que ya no estás, no añade ausencia
a la que yo fundé con mi partida,
pues tú me molduraste en la creencia
de que morir, no agota la existencia,
pues sólo es renacer hacia otra vida.
Hoy sigo aún aquí, tú estás más lejos,
en un certero lar de mi futuro,
mis pies, como los tuyos se hacen viejos,
cuando ya mis recuerdos son reflejos
y mi disolución es lo que auguro.
Y aún te llamo madre, pues tu nombre
trasciende los parajes de la muerte,
fui niño y a tu cuido me hice hombre,
por eso madre mía, no te asombre
que acaso cruce al hades para verte.
ANTIGONI
SI TE DIJERA...PIEL
Si te dijera...piel, yo mentiría,
pero diciendo el alma ¡Sacrilegio!
¿Donde reside pues el sortilegio
que nos hace existir en sintonía?
Tú que de alma y de piel eres tan mía,
como cuerda y sonido del arpegio,
como un verso de amor, que al florilegio,
pone un toque inefable de armonía.
Tú que estás en la fe de lo remoto,
tú que vienes y vas, péndulo inquieto,
del onírico ser a lo concreto,
desde lo simple hasta lo más ignoto,
sabes bien que a tu amor yo soy devoto,
no sólo en alma o piel ¡Lo soy completo!
ANTIGONI
EL CAZADOR
El día amaneció frío y nublado como amanecen los días de invierno aquí en la capital. La niebla envuelve las calles de la costanera como húmedos copos de algodón, la ciudad como siempre, perezosa, va despertando de su letargo, de sus sueños de alcohol para enfrentarse al día que ya empieza.
Hoy igual que siempre, las cuatro paredes de la habitación donde resido, parecen mirarme silenciosas y erguidas con su frío silencio de concreto. Hace ya muchos años que mi vida transcurre en esta monotonía citadina.
Y aquí termino estas coplas
para quien quiera cantarlas,
con quenas o con zampoñas,
con citaras o guitarras,
sólo importa que la historia
no permanezca ignorada,
pues más tarde o más temprano,
la sangre inocente clama.
La paz es una semilla
sumamente delicada,
que se marchita y se muere
cuando no saben regarla.
La paz no es una promesa,
no es una simple palabra,
es una flor que germina
en los canteros del alma.
***
¡La dama de la justicia
no tiene color ni raza!
RESURRECCIÓN
Busqué la luz para morir en blanco
y le añadí una nota a mi silencio,
miré profundo, calculé palabras,
les di calor, esencia y sentimiento
y al pié lineado de mi catafalco,
dejé una firma y fui llamado verso.
Fui embalsamado, me cubrió una piedra
y en el olvido de mis hojas muertas,
los ojos tristes de un desesperado
que derramó su sal sobre mis letras,
me devolvieron vivo y recitado,
resucitado yo, muerto el aeda.
Yo fui creado y trastoqué mi esencia,
sobrepujando al ser que me escribiera
y hoy habito inmortal en la conciencia
que viene y va y hasta su altar me eleva,
mientras el ser que su razón me diera
se hizo silencio y su silencio greda.
ANTIGONI
NIÑO
Niño que duermes cerca a una fogata,
sobre el verde lineal de la banqueta
que acuna tu orfandad, raza fortuita,
tú que no luces seda ni capota…
la intemperie curtió tu forma enjuta.
Sólo ves al final la catarata
que ante tu indefensión abre su grieta,
pasa a tu lado el hombre de levita,
el prelado, el edil y la devota,
pero de tu orfandad nadie se inmuta.
Niño de Afganistán, niño croata,
Niño francés, inglés, niño de Creta,
musulmán, anglicano, maronita,
te ha tocado brindar por tu derrota
en la copa colmada de cicuta.
Niño como aquel niño. el de corbata,
de pantalón planchado y de chaqueta,
¿Quién al verte nacer cambió tu cita?
¿Quién te arrebata el pan y quién te explota?
¿Quién te vuelve ladrón o prostituta?
Niño de cara sucia y alpargata
que no elevaste nunca una cometa,
cuando miras girar la calesita,
descubro en tu mirar una gaviota
que nadie alcanza a ver por diminuta.
LA PIEL
Todo sueño de amor tiene asidero
en una piel que vibra,
en un afán que nace y crece con esmero,
en una realidad que lo equilibra.
Pero sólo soñar es desespero,
como un cendal sin fibra,
como un puño de espada que aun huérfana de acero,
del estoque mortal a nadie libra.
Para soñar hemos de amar primero,
pues se desequilibra
el corazón más dulce y el sueño más certero,
si no tienen la piel que los calibra.
ANTIGONI
RAZÓN DE VIVIR
Si del naufragio pertinaz que he sido,
hay algo que jamás ha naufragado,
ni aun ante el océano embravecido,
ni aun ante el dolor mas despiadado...
Si algo logró salvarse del olvido,
porque lo conservé siempre en sagrado,
por ser un don que Dios me ha conferido,
para volverlo a Dios fructificado...
Es el amor quizás inmerecido,
que a la solicitud de tu cuidado
nació y a ti vivió siempre ceñido,
para en tu amor crecer santificado...
Si hay alguna razón de haber vivido
es sin poder dudar, haberte amado.
ANTIGONI
ARRODILLADO
Nunca me habrás de ver puesto de hinojos,
la cerviz inclinada, ni postrado;
pues quiero estando en pie ver reflejado,
mi rostro en el arcano de tus ojos.
No quieras someterme tus antojos,
no cedo ante el capricho, ni al enfado,
amor sólo es "amor" cuando entregado
recibe a cambio amor, libre de abrojos.
No quieras verme al pie de tu albo lecho,
rogando lo que es mío por derecho,
en pago del amor que ya te he dado…
Soy tuyo, pues tu reino esta en mi pecho
y estoy siempre entregado a tu provecho…
Pero sólo ante Dios arrodillado.
ANTIGONI
BASURA
Un pedazo de pan en la basura...
¡Un pan enmohecido, me miraba!
su corazón de queso ya no estaba...
¿Quién profanó su ser de levadura?
Tal vez algún mendigo, en su amargura,
viendo como ese pan agonizaba,
tomó su corazón, que palpitaba
temiendo la inminente mordedura.
Milagro fue lo que otro despreciaba
y el pobre que en lo tieso, halló blandura,
dio gracias y al rezar, oyó en la altura
la risa de algún dios que se burlaba,
del necio que basura masticaba,
mientras comen los otros con holgura.
ANTIGONI
sólo un crujir de huesos
El árbol veo frutecer en vano,
Porque la brisa con su fuerza ciega,
troncha la flor y al transitar disgrega
el dulce aroma y mi sentir aldeano.
Larga es mi edad, mi mundo meridiano,
frente a la sombra que sin pausa llega,
juega la muerte con mi vida y juega
con la baraja negra del arcano.
¿No es ilusión el perfumar del viento
que recio esparce nuestras prisas vanas?
¿No son los sueños necias filigranas
sin realidad, sin cuerpo, sin sustento?
Soy lo que soy, y todo lo que siento,
es un crujir de huesos y membranas.
JUVENTUD
Más tarde o más temprano, cual rayo de silencio
se hundirá el firmamento de nuestra juventud,
y caerá sobre un árbol, mientras que a sotavento,
se hundirán nuestra naves sopladas por el viento
y en el viento la muerte mostrará su amplitud.
Y del amor y el ansia y el placer y el olvido,
nos quedarán las horas colmadas de inquietud
y del polvo que somos y seremos y fuimos,
en el lejano suelo donde una vez nacimos,
quedará nuestra esencia dentro de un ataúd.
Lo que fue piel y brisa de la piel se habrá ido,
librando nuestra carne de toda su inquietud;
pero ya siendo libres de cadenas y grillos
aunque jamás tuvimos tesoros ni castillos
lloraremos las noches de nuestra esclavitud.
Se marcharán los barcos, las horas y los besos,
mirándonos de lejos llenos de ingratitud
y los labios que fuimos y el soñar...Ese viento
de cuya voz nos queda solamente el acento...
¡Ese fuego sagrado! Juventud...Juventud.
VIAJERA DE LA LUZ
Aromas las mañanas con tu suave fragancia
y se posa tu voz en las corolas
y no eres un jazmín
y no eres una rosa...
Los pétalos dormidos que sueñan en tus dedos
florecen en mi estío
y engarzas tu raíz
mientras los sueños lloran...
Y entonces en tu ojos dos gotas de rocío
purifican la sal
de todo lo vivido
y vuelves a ser tú...
Te bañas en la luz y tu silencio es mío:
Con todos sus bemoles
con todos sus olvidos
y con tu juventud.
Mi amor te reconoce viajera de la luz
y hablándote al oído
mis manos te recorren
abriendo tus caminos
y yaces en mi amor y en tu amor agonizo,
renazco y nuevamente
apoyo en tu regazo
el peso de mi olvido:
amor bésame hoy
antes que el tiempo
sepulte lo vivido.
SERENIDAD
Cambié el cemento gris, por verde en rama,
la bruma y el esplín, por placidez;
dejé en la urbe altiva el holograma
vacío del boato y de la fama,
para enlazar la vida y la vejez.
Cansado de seguir falsos profetas,
hastiado de la Biblia y del talmud,
ahíto de cantores y poetas,
de libros, de pasquines y Gacetas,
cambié de norma, credo y actitud.
Allí donde la brisa es viento y brama,
donde el dinero pierde validez,
donde el asfalto es verde y es de grama
y te ama el crisantemo, y te ama
el ave, la caléndula y el pez…
La vida bulle al tacto de la tierra,
la planta, la serpiente y el gorrión,
se placen en el valle y en la sierra,
mientras el hombre medra de la guerra
guiado del poder y la ambición.
Allí la vida no es un epigrama
y orgullo es sólo orgullo, no altivez,
los hombres intercambian sin escama
afectos y saludos, sin Zalama,
y los mandatos son tan sólo diez.
Sentado en el portal, cuando amanece,
cercado por el frío en el brumal,
espero allí que el nuevo día empiece,
mirando alguna flor y me enternece
el tímido ulular de un animal.
La verde exuberancia, es un diorama
que graba en el sentir su limpidez,
allí la creación se desparrama
y la serenidad del panorama
no tiene comparanza, ni doblez.
El alma y el boscaje en sincretismo,
esbozan la verdad y el transcurrir
del hombre que sortea el espejismo,
encuentra que en el fondo, son lo mismo
la tierra y su existencia hasta morir.
Salir de la ciudad y de su drama,
me devolvió al candor de la niñez
y sin embargo, el rico pentagrama
de la generación, aún me inflama,
pisando ya el umbral de la vejez.
ANTIGONI
Los muertos no descansan
Los muertos no descansan,
son un cuerpo ya extinto y en reposo,
un despojo de huesos, pero en blanco
avizoran la senda frente a ellos,
peregrinan sin brújula y sin mapa,
por la senda sin fin del universo.
La muerte siempre llega y es probable
de me arranque la vida,
para dejar el mundo nunca es tarde,
ella espera en la noche inexpugnable
escondida en la calle del silencio
pero nunca se lleva lo vivido.
Lo vivido subsiste inalterable
en los ojos distantes de mis hijos,
lo vivido germina en mis amores,
lo vivido se queda en mis amigos,
permanece silente en mis rincones
y en las letras dormidas de mis libros.
Los muertos no descansan,
sólo yacen inmóviles los cuerpos,
resucitan al mundo de la idea
por la senda sin fin del pensamiento,
mientras quedan andantes, peregrinos,
sus recuerdos, su voz y sus silencios.
ANTIGONI
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