La Llorona, aquella figura espectral cuya desgarradora voz resuena junto a ríos, lagos y calles desiertas, trasciende las fronteras físicas y culturales de América. Este mito, profundamente enraizado en la tradición oral de cada rincón del continente, no es solo una leyenda: es un espejo de nuestras historias colectivas, de nuestros miedos más profundos y de las heridas no cicatrizadas que nos unen como pueblos.
Desde las tierras altas de México, donde su lamento se entrelaza con los ecos de la Conquista, hasta los húmedos bosques de la Amazonía, donde se funde con las cosmovisiones indígenas; desde las urbes coloniales de Centroamérica, donde se la teme como un castigo divino, hasta las costas del Caribe, donde se convierte en una guardiana de los secretos del mar: La Llorona adopta múltiples formas, adaptándose al entorno y a las creencias de cada comunidad que la cuenta y la teme.
A través de estas páginas, exploraremos cómo este espíritu en pena cobra vida en cada país de América, reflejando no solo el temor al castigo, sino también el arrepentimiento, el duelo y la conexión con lo sobrenatural. Conoceremos las historias de madres desoladas, de tragedias amorosas y de advertencias morales que atraviesan generaciones. Pero, más allá del mito, descubriremos que La Llorona es un símbolo compartido que revela las cicatrices de nuestra historia, desde las influencias precolombinas hasta las herencias coloniales.
Este libro invita al lector a un viaje donde los mitos no son sólo historias para asustar o entretener, sino ventanas hacia lo que somos como sociedades. Cada capítulo explora cómo este espíritu errante se reinventa en los países de América, desde las selvas húmedas de la Amazonía peruana hasta los llanos abiertos de Venezuela, desde los altiplanos andinos hasta las urbes modernas. La Llorona, siempre cambiando y siempre la misma, refleja nuestros miedos más profundos y nuestras esperanzas más persistentes.
Pero este no es sólo un libro para leer; es una obra para escuchar. Porque si guardas silencio mientras recorres sus páginas, quizás, sólo quizás, puedas oír el eco del llanto que ha cruzado siglos y fronteras. Y tal vez descubras que, en el fondo, todos llevamos dentro una parte de La Llorona.
Bienvenido a un mundo donde el agua, las lágrimas y las leyendas se entrelazan.
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Las obras de Juan Carlos Hidalgo Antigoni abarcan una variedad de temáticas que reflejan su experiencia como periodista y su conexión cultural con Perú y Venezuela. Algunas de las principales temáticas incluyen:
Crónicas y relatos sociales: Sus libros, como "PERÚ PROFUNDO" y "EXILED", exploran la realidad social y cultural de Perú y la experiencia de la diáspora venezolana.
Hidalgo Antigoni ha publicado múltiples colecciones de poesía que abordan temas de amor, desamor, y reflexiones sobre la vida, como se evidencia en títulos como "150 SONETOS DE AMORES Y OLVIDOS" y "EPITAFIOS".
Literatura infantil: También ha incursionado en la literatura para niños con obras como "CUENTOS Y FÁBULAS INFANTILES", lo que muestra su versatilidad como autor.
Reflexiones filosóficas y existenciales: A través de su poesía, el autor aborda cuestiones más profundas sobre la existencia, la memoria y la identidad.
Bibliografía:
150 Sonetos de Amores y Olvidos: Ediciones malberte- Ourense, España 2002
Viajera de la luz: Ediciones malberte- Ourense, España 2003
Antología la Esquina de las Letras: Ediciones malberte- Ourense, España 2002
Antología Gotas de Poesía: Ediciones malberte- Ourense, España 2004
150 Sonetos de amores y olvidos: Amazon
Viajera de la luz: Amazon
Mujer de brisa: Amazon
El diario de un cazador: Amazon
Razón de vivir: Amazon
Sólo un crujir de huesos:Amazon
Coplas del indio: Amazon
Karimas: Amazon
Rimada forma: Amazon
El surco: Amazon
Babel: Amazon
Desterrado: Amazon
Muchacha de marfil: Amazon
Rimando en las trincheras: Amazon
Bendita fue su llegada: Amazon
Antología poética: Amazon
500 Sonetos: Amazon
Antología sonetos: Amazon
Epitafios: Amazon
Poemas y pensamientos: Amazon
La cultura peruana ha tenido una influencia significativa en la obra literaria de Juan Carlos Hidalgo Antigoni, reflejándose en varios aspectos de su producción:
Temática y Contexto Social: Muchos de sus escritos, como "PERÚ PROFUNDO", abordan la realidad social y cultural de Perú, explorando sus tradiciones, costumbres y problemáticas contemporáneas. Esto muestra su conexión con su país natal y su deseo de retratar la vida peruana desde una perspectiva crítica y reflexiva.
Elementos Culturales: En sus obras, Hidalgo Antigoni incorpora elementos de la cultura peruana, como mitos, leyendas y la diversidad étnica del país. Esto no solo enriquece su narrativa, sino que también ofrece a los lectores una visión más profunda de la identidad peruana.
Literatura y Poesía: Su poesía a menudo refleja influencias de la tradición literaria peruana, utilizando estilos y formas que resuenan con la rica herencia poética del país. Esto se puede ver en títulos como "150 SONETOS DE AMORES Y OLVIDOS", donde juega con la forma clásica de la poesía mientras aborda temas universales desde un contexto peruano.
Experiencia de la Diáspora: Al vivir en Venezuela, su obra también refleja la experiencia de la diáspora peruana, lo que le permite explorar la identidad y la nostalgia en un contexto más amplio, conectando su herencia peruana con su vida en el extranjero.
Antigoni utiliza diversas técnicas poéticas para evocar sentimientos profundos en su obra, destacándose las siguientes:
Imágenes vívidas: Antigoni emplea descripciones sensoriales que permiten al lector visualizar y sentir las emociones que transmite. Por ejemplo, al referirse a "manantiales" y "ríos que se entrelazan", crea una conexión emocional con la naturaleza y el flujo de la vida.
Metáforas y simbolismo: Utiliza metáforas que enriquecen el significado de sus versos, como el amor representado como un "inquilino del alma", sugiriendo su permanencia y su influencia en la vida humana.
Contrastes: La obra presenta contrastes entre amor y soledad, esperanza y desamparo, lo que intensifica la experiencia emocional del lector. Este juego de opuestos permite una reflexión más profunda sobre la condición humana.
Sonetos: La estructura de sus sonetos, con su ritmo y métrica específicos, aporta musicalidad a la poesía, haciendo que las emociones fluyan de manera más natural y resonante.
Personificación: Al dar vida a conceptos abstractos como la esperanza y la memoria, Antigoni invita al lector a relacionarse de manera más íntima con estos sentimientos, haciéndolos más accesibles y comprensibles.
Tono reflexivo: La voz poética a menudo adopta un tono contemplativo, lo que invita al lector a una introspección sobre sus propias experiencias y emociones, creando un espacio de conexión personal.
Narrativa poética: A través de la narración de historias y experiencias, Antigoni teje un hilo conductor que permite al lector seguir un viaje emocional, desde la alegría del amor hasta la tristeza de la soledad.
Estas técnicas, combinadas, crean una atmósfera rica y evocadora que permite a los lectores sumergirse en las profundidades de la experiencia humana, encontrando consuelo y resonancia en sus versos.
En resumen Juan Carlos Hidalgo Antigoni es un poeta, periodista y técnico en artes del fuego, nacido en Lima, Perú, y nacionalizado en Venezuela desde 1975. Con más de 20 libros de poesía publicados, su obra abarca temas como el amor, el desamor, el exilio y la crítica social. Su estilo se caracteriza por el uso de formas clásicas y un lenguaje emotivo. Ha recibido varios premios literarios y su poesía se encuentra disponible en diversas plataformas, incluyendo Amazon.
Puedes comprar los libros de Juan Carlos Hidalgo Antigoni en línea a través de Amazon, donde tiene más de 20 libros de poesía disponibles, tanto en formato impreso como digital. También puedes visitar su blog personal, donde comparte sus sonetos y otros textos literarios. Espero que disfrutes de su poesía.
Todos mis libros disponibles en Amazon, el formato electrónico y papel, puede leerlos gratis con KINDLE o solicitarlos en papel.
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BABEL
Tú eras tierra de nadie amada mía,
eras nube en el fuego de la tarde,
en ti las blancas hojas de un poema
que vivía en mi pluma y en mi sangre,
sembraron la ilusión sobre la arena,
donde anclabas tu amor para esperarme.
Tu amor no era de otro, ni siquiera era tuyo,
era todo tu ser inconquistable;
en ti lo que no fue de la montaña,
que quiso ser babel pero más alta,
cambió su majestad por la llanura,
tendiéndote a mis pies, para alcanzarme.
Tú naciste al sonar las mandolinas,
matizando tu voz en sus compases,
susurrando las frases que el silencio
con su cruel bisturí, quiso arrancarme,
y al nacer de tu bálsamo me diste
y en tu honor lo bebí para curarme.
Tú naciste del arpa y de la estrella,
cuando yo, sin ser tuyo, no era nada,
cuando ser o no ser era el dilema
que no tuve el valor de confesarme,
tú naciste a mi amor, fragante y bella,
redimiendo la luz para salvarme.
ANTIGONI
EN LO INFINITO ESTÀS
Bulle mi sangre ante tu roce leve,
río interior que su caudal desploma
en la llanura de tu piel, que aroma
la inmensa nada de mi vida breve.
En ti mi tímido fluir se atreve
a desafiar toda verdad y axioma,
a encadenar su infinitud al soma,
que es de tu alma terrenal relieve.
En lo infinito estás y en lo terreno,
en todo lo que es mío y en lo ajeno
como esas cosas sin lugar o nombre.
Mi amor te busca sin razón, ni freno,
porque estás hecha para mí del cieno
y hecho de cieno para ti soy hombre.
AL FINAL
Aquí otra vez sentado sobre el muro
donde un día la vi. pasar a ella,
hoy puedo contemplar la misma estrella
y aún podré mirarla en el futuro...
Mas de una cosa puedo estar seguro
sin poder protestar ni hacer querella,
la mujer que ayer vi ya no es aquella,
ni soy tampoco el mismo sobre el muro.
Porque la vida pasa sin remedio
y queda lo mejor en el pasado,
que con el tiempo se transforma en tedio
y aunque al final el corazón cansado
maldiga de la muerte el vil asedio,
no se arrepentirá de haber amado.
ANTIGONI
ESCRIBO PARA TI
Escribo para ti sin conocerte,
tú que vives feliz o tal vez triste,
tú que todo recibes o pediste
haber nacido en brazos de otra suerte.
Escribo para ti sin conocerte
por lo que como yo quizás perdiste,
porque mi pluma fértil lleva en ristre
las rimas de la vida y de la muerte.
Escribo para ti desconocido
que vagas como yo por esta vida,
sin haber encontrado y comprendido
la razón por la cual la voz querida
redime al corazón...desconocido:
escribo para ti desde la herida.
Perdona madre
Perdona madre que por hoy no vuelvo,
quizás por este mes tampoco ¿sabes?
la sabana infinita, donde envuelvo
el vicio de soñar, en que disuelvo
lo escaso de infinito que me cabe...
A ratos me sofoca y me obnubila,
haciéndome rebelde a la sentencia
del hombre desterrado, que se asila
en un lejano puerto, y se deshila
en una larga y honda penitencia.
Lejano estoy, hincando la rodilla
ante la tumba ausente de mi historia,
cual árbol que se place en su semilla
y estático contemplo la gramilla
buscando tu legado en mi memoria,
Querer volver me finge incongruencia,
perdidas ya las señas de tu puerto…
Tú estás, mas sólo estás en apariencia
grabada al interior de mi conciencia,
porque en la realidad, sé que ya has muerto.
Te fuiste como yo, partí hacen años
firmando en tu misal mi despedida,
me fui dejando atrás propios y extraños,
llevando soledad, sembrando daños
que fueron mi ascensión y mi caída.
Saber que ya no estás, no añade ausencia
a la que yo fundé con mi partida,
pues tú me molduraste en la creencia
de que morir, no agota la existencia,
pues sólo es renacer hacia otra vida.
Hoy sigo aún aquí, tú estás más lejos,
en un certero lar de mi futuro,
mis pies, como los tuyos se hacen viejos,
cuando ya mis recuerdos son reflejos
y mi disolución es lo que auguro.
Y aún te llamo madre, pues tu nombre
trasciende los parajes de la muerte,
fui niño y a tu cuido me hice hombre,
por eso madre mía, no te asombre
que acaso cruce al hades para verte.
ANTIGONI
SI TE DIJERA...PIEL
Si te dijera...piel, yo mentiría,
pero diciendo el alma ¡Sacrilegio!
¿Donde reside pues el sortilegio
que nos hace existir en sintonía?
Tú que de alma y de piel eres tan mía,
como cuerda y sonido del arpegio,
como un verso de amor, que al florilegio,
pone un toque inefable de armonía.
Tú que estás en la fe de lo remoto,
tú que vienes y vas, péndulo inquieto,
del onírico ser a lo concreto,
desde lo simple hasta lo más ignoto,
sabes bien que a tu amor yo soy devoto,
no sólo en alma o piel ¡Lo soy completo!
ANTIGONI
EL CAZADOR
El día amaneció frío y nublado como amanecen los días de invierno aquí en la capital. La niebla envuelve las calles de la costanera como húmedos copos de algodón, la ciudad como siempre, perezosa, va despertando de su letargo, de sus sueños de alcohol para enfrentarse al día que ya empieza.
Hoy igual que siempre, las cuatro paredes de la habitación donde resido, parecen mirarme silenciosas y erguidas con su frío silencio de concreto. Hace ya muchos años que mi vida transcurre en esta monotonía citadina.
Y aquí termino estas coplas
para quien quiera cantarlas,
con quenas o con zampoñas,
con citaras o guitarras,
sólo importa que la historia
no permanezca ignorada,
pues más tarde o más temprano,
la sangre inocente clama.
La paz es una semilla
sumamente delicada,
que se marchita y se muere
cuando no saben regarla.
La paz no es una promesa,
no es una simple palabra,
es una flor que germina
en los canteros del alma.
***
¡La dama de la justicia
no tiene color ni raza!
RESURRECCIÓN
Busqué la luz para morir en blanco
y le añadí una nota a mi silencio,
miré profundo, calculé palabras,
les di calor, esencia y sentimiento
y al pié lineado de mi catafalco,
dejé una firma y fui llamado verso.
Fui embalsamado, me cubrió una piedra
y en el olvido de mis hojas muertas,
los ojos tristes de un desesperado
que derramó su sal sobre mis letras,
me devolvieron vivo y recitado,
resucitado yo, muerto el aeda.
Yo fui creado y trastoqué mi esencia,
sobrepujando al ser que me escribiera
y hoy habito inmortal en la conciencia
que viene y va y hasta su altar me eleva,
mientras el ser que su razón me diera
se hizo silencio y su silencio greda.
ANTIGONI
NIÑO
Niño que duermes cerca a una fogata,
sobre el verde lineal de la banqueta
que acuna tu orfandad, raza fortuita,
tú que no luces seda ni capota…
la intemperie curtió tu forma enjuta.
Sólo ves al final la catarata
que ante tu indefensión abre su grieta,
pasa a tu lado el hombre de levita,
el prelado, el edil y la devota,
pero de tu orfandad nadie se inmuta.
Niño de Afganistán, niño croata,
Niño francés, inglés, niño de Creta,
musulmán, anglicano, maronita,
te ha tocado brindar por tu derrota
en la copa colmada de cicuta.
Niño como aquel niño. el de corbata,
de pantalón planchado y de chaqueta,
¿Quién al verte nacer cambió tu cita?
¿Quién te arrebata el pan y quién te explota?
¿Quién te vuelve ladrón o prostituta?
Niño de cara sucia y alpargata
que no elevaste nunca una cometa,
cuando miras girar la calesita,
descubro en tu mirar una gaviota
que nadie alcanza a ver por diminuta.
LA PIEL
Todo sueño de amor tiene asidero
en una piel que vibra,
en un afán que nace y crece con esmero,
en una realidad que lo equilibra.
Pero sólo soñar es desespero,
como un cendal sin fibra,
como un puño de espada que aun huérfana de acero,
del estoque mortal a nadie libra.
Para soñar hemos de amar primero,
pues se desequilibra
el corazón más dulce y el sueño más certero,
si no tienen la piel que los calibra.
ANTIGONI
RAZÓN DE VIVIR
Si del naufragio pertinaz que he sido,
hay algo que jamás ha naufragado,
ni aun ante el océano embravecido,
ni aun ante el dolor mas despiadado...
Si algo logró salvarse del olvido,
porque lo conservé siempre en sagrado,
por ser un don que Dios me ha conferido,
para volverlo a Dios fructificado...
Es el amor quizás inmerecido,
que a la solicitud de tu cuidado
nació y a ti vivió siempre ceñido,
para en tu amor crecer santificado...
Si hay alguna razón de haber vivido
es sin poder dudar, haberte amado.
ANTIGONI
ARRODILLADO
Nunca me habrás de ver puesto de hinojos,
la cerviz inclinada, ni postrado;
pues quiero estando en pie ver reflejado,
mi rostro en el arcano de tus ojos.
No quieras someterme tus antojos,
no cedo ante el capricho, ni al enfado,
amor sólo es "amor" cuando entregado
recibe a cambio amor, libre de abrojos.
No quieras verme al pie de tu albo lecho,
rogando lo que es mío por derecho,
en pago del amor que ya te he dado…
Soy tuyo, pues tu reino esta en mi pecho
y estoy siempre entregado a tu provecho…
Pero sólo ante Dios arrodillado.
ANTIGONI
BASURA
Un pedazo de pan en la basura...
¡Un pan enmohecido, me miraba!
su corazón de queso ya no estaba...
¿Quién profanó su ser de levadura?
Tal vez algún mendigo, en su amargura,
viendo como ese pan agonizaba,
tomó su corazón, que palpitaba
temiendo la inminente mordedura.
Milagro fue lo que otro despreciaba
y el pobre que en lo tieso, halló blandura,
dio gracias y al rezar, oyó en la altura
la risa de algún dios que se burlaba,
del necio que basura masticaba,
mientras comen los otros con holgura.
ANTIGONI
sólo un crujir de huesos
El árbol veo frutecer en vano,
Porque la brisa con su fuerza ciega,
troncha la flor y al transitar disgrega
el dulce aroma y mi sentir aldeano.
Larga es mi edad, mi mundo meridiano,
frente a la sombra que sin pausa llega,
juega la muerte con mi vida y juega
con la baraja negra del arcano.
¿No es ilusión el perfumar del viento
que recio esparce nuestras prisas vanas?
¿No son los sueños necias filigranas
sin realidad, sin cuerpo, sin sustento?
Soy lo que soy, y todo lo que siento,
es un crujir de huesos y membranas.
JUVENTUD
Más tarde o más temprano, cual rayo de silencio
se hundirá el firmamento de nuestra juventud,
y caerá sobre un árbol, mientras que a sotavento,
se hundirán nuestra naves sopladas por el viento
y en el viento la muerte mostrará su amplitud.
Y del amor y el ansia y el placer y el olvido,
nos quedarán las horas colmadas de inquietud
y del polvo que somos y seremos y fuimos,
en el lejano suelo donde una vez nacimos,
quedará nuestra esencia dentro de un ataúd.
Lo que fue piel y brisa de la piel se habrá ido,
librando nuestra carne de toda su inquietud;
pero ya siendo libres de cadenas y grillos
aunque jamás tuvimos tesoros ni castillos
lloraremos las noches de nuestra esclavitud.
Se marcharán los barcos, las horas y los besos,
mirándonos de lejos llenos de ingratitud
y los labios que fuimos y el soñar...Ese viento
de cuya voz nos queda solamente el acento...
¡Ese fuego sagrado! Juventud...Juventud.
VIAJERA DE LA LUZ
Aromas las mañanas con tu suave fragancia
y se posa tu voz en las corolas
y no eres un jazmín
y no eres una rosa...
Los pétalos dormidos que sueñan en tus dedos
florecen en mi estío
y engarzas tu raíz
mientras los sueños lloran...
Y entonces en tu ojos dos gotas de rocío
purifican la sal
de todo lo vivido
y vuelves a ser tú...
Te bañas en la luz y tu silencio es mío:
Con todos sus bemoles
con todos sus olvidos
y con tu juventud.
Mi amor te reconoce viajera de la luz
y hablándote al oído
mis manos te recorren
abriendo tus caminos
y yaces en mi amor y en tu amor agonizo,
renazco y nuevamente
apoyo en tu regazo
el peso de mi olvido:
amor bésame hoy
antes que el tiempo
sepulte lo vivido.
SERENIDAD
Cambié el cemento gris, por verde en rama,
la bruma y el esplín, por placidez;
dejé en la urbe altiva el holograma
vacío del boato y de la fama,
para enlazar la vida y la vejez.
Cansado de seguir falsos profetas,
hastiado de la Biblia y del talmud,
ahíto de cantores y poetas,
de libros, de pasquines y Gacetas,
cambié de norma, credo y actitud.
Allí donde la brisa es viento y brama,
donde el dinero pierde validez,
donde el asfalto es verde y es de grama
y te ama el crisantemo, y te ama
el ave, la caléndula y el pez…
La vida bulle al tacto de la tierra,
la planta, la serpiente y el gorrión,
se placen en el valle y en la sierra,
mientras el hombre medra de la guerra
guiado del poder y la ambición.
Allí la vida no es un epigrama
y orgullo es sólo orgullo, no altivez,
los hombres intercambian sin escama
afectos y saludos, sin Zalama,
y los mandatos son tan sólo diez.
Sentado en el portal, cuando amanece,
cercado por el frío en el brumal,
espero allí que el nuevo día empiece,
mirando alguna flor y me enternece
el tímido ulular de un animal.
La verde exuberancia, es un diorama
que graba en el sentir su limpidez,
allí la creación se desparrama
y la serenidad del panorama
no tiene comparanza, ni doblez.
El alma y el boscaje en sincretismo,
esbozan la verdad y el transcurrir
del hombre que sortea el espejismo,
encuentra que en el fondo, son lo mismo
la tierra y su existencia hasta morir.
Salir de la ciudad y de su drama,
me devolvió al candor de la niñez
y sin embargo, el rico pentagrama
de la generación, aún me inflama,
pisando ya el umbral de la vejez.
ANTIGONI
Los muertos no descansan
Los muertos no descansan,
son un cuerpo ya extinto y en reposo,
un despojo de huesos, pero en blanco
avizoran la senda frente a ellos,
peregrinan sin brújula y sin mapa,
por la senda sin fin del universo.
La muerte siempre llega y es probable
de me arranque la vida,
para dejar el mundo nunca es tarde,
ella espera en la noche inexpugnable
escondida en la calle del silencio
pero nunca se lleva lo vivido.
Lo vivido subsiste inalterable
en los ojos distantes de mis hijos,
lo vivido germina en mis amores,
lo vivido se queda en mis amigos,
permanece silente en mis rincones
y en las letras dormidas de mis libros.
Los muertos no descansan,
sólo yacen inmóviles los cuerpos,
resucitan al mundo de la idea
por la senda sin fin del pensamiento,
mientras quedan andantes, peregrinos,
sus recuerdos, su voz y sus silencios.
ANTIGONI
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